Como es lógico, en nuestra web debemos hablar de nuestra filosofía particular, de nuestra manera íntima de gestionar esa pasión que sentimos por la vida, por la naturaleza en general y por nuestros queridos animales de forma muy especial.
MundoPark no es un parque zoológico al uso, no es, ni quiere ser un lugar frío donde se muestran los animales como curiosidades de la naturaleza. No somos quien para juzgar o criticar ese modelo, pero sí somos dueños de nuestros actos y por ello huimos de esos conceptos.
Los animales que viven y dependen de nosotros en MundoPark, nos han robado el corazón a todos los que trabajamos aquí, nos han dado tantas cosas, que sería injusto tratarlos por su nombre científico o darles distintas categorías atendiendo a su valor económico o a su estado de conservación. Para nosotros todos ellos merecen el máximo respeto, cariño y entrega, y por ello todos tienen su personalidad, su nombre y todos forman parte de esta peculiar familia.
No se trata de humanizar a los animales, tan solo es una forma de compartir el tiempo y el espacio con unos seres vivos que nacieron en cautividad y dependen de sus cuidadores. Es evidente que todos sabemos que Zampo es un león, Bartola es un guacamayo, o Margarita es una Boa, etc., pero ningún otro felino, serpiente o ave podrán nunca sustituirlos, y ese sentimiento puede extrapolarse a los cerca de mil animales que viven en MundoPark.
Cualquier persona que se estremece al tener un indefenso cachorro en las manos, que siente como se acelera su corazón cuando comparte la mirada con un halcón, que pide silencio reverencial cuando escucha un coro de lobos, o que sus ojos se humedecen ante la ternura de una leona con sus crías, entenderá mejor por qué somos así. No somos sensibleros, pero si es verdad que el contacto diario con nuestros animales nos ha enseñado algo difícil de transmitir e imposible de erradicar de nuestras almas.
Gracias por su comprensión, ya saben donde estamos y siempre serán bien recibidos en nuestro peculiar centro de fauna.